El 9 de noviembre de 1999, por Resolución 520/1999, el
Director General de Cultura del Gobierno Foral de Navarra estableció
"declarar de interés social el programa de actividades (Biblioteca Central
de Capuchinos y el proyecto de su ampliación con el Archivo Histórico
Provincial y el Archivo-Museo Musical), promovido por
La voluntad de esta Provincia es que "nuestros
bienes culturales presten un servicio social en el entorno en que se desarrolla
nuestra vida"[2]. Por
ello se ha decidido que esos bienes "deben ponerse al servicio de los
religiosos y de la sociedad"[3].
·conservar
sus notables fondos propios,
·reunir
los fondos no utilizados en otros conventos y otras bibliotecas,
·salvaguardar
los fondos más antiguos,
·cultivar
la sección de franciscanismo,
·enriquecer
sus fondos y su ordenación para que pueda entrar en la red informatizada de las
grandes bibliotecas internacionales.
Asumiendo la función social de nuestra Biblioteca
Central y viendo la necesidad de una ordenación y catalogación informatizada,
desde 1997 y con la ayuda de las subvenciones del Gobierno Foral de Navarra se
colabora con el Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español [www.mcu.es/ccpb].
Con este proyecto se catalogan las monografías publicadas con anterioridad a
1910 que integran el fondo antiguo e histórico.
Como el Gobierno Foral sólo se interesa por el fondo antiguo e
histórico y
La herramienta informática seleccionada para la informatización es el sistema integrado de gestión bibliotecaria ABSYS de la empresa Baratz, que comprende varios módulos que permiten controlar: la adquisición, la recepción de publicaciones periódicas, el préstamo y la catalogación (descripción bibliográfica y autoridades).
Es una solución consolidada y eficaz implantada en numerosas bibliotecas de toda España (Red de bibliotecas públicas del Estado, Sistema nacional de bibliotecas de Euskadi, Instituto Cervantes, Red de bibliotecas públicas de Navarra, bibliotecas universitarias, parlamentos, hospitales, ...) y que se caracteriza por su exhaustividad, escalabilidad y sus posibilidades de adaptación.
Para la catalogación propiamente dicha, es decir, la realización de la
descripción bibliográfica se utiliza el formato IBERMARC (traducción de la
norma internacional) para registros bibliográficos del Ministerio de Cultura y
las Reglas de Catalogación del Ministerio de Educación y Cultura de 1995,
basadas en las normas ISBD.
Desde 1997 y hasta el 3
de septiembre de 2004 se han automatizado un total de 70.000 volúmenes.
La meta propuesta para este año es la apertura al público
de
También se ha sugerido la importancia de la redacción de normativas,
esto es Reglamento de la biblioteca y Normas de uso,
para evitar situaciones desagradables con el usuario. Asimismo, el
establecimiento de unas normas de préstamo para los residentes es muy necesario
puesto que en este momento no existe ningún control y hemos comprobado que hay
muchísimos espacios libres en las estanterías de libros que se han llevado y no
se han anotado, y por ello están “perdidos”. Esta cuestión es muy importante
para dar un buen servicio al usuario interno y externo.